domingo, 31 de enero de 2010
¿Conservar o cambiar?
Cualquier persona, generalmente mayor de 30 años, se derrite evocando cosas buenas del pasado, vividas personalmente o que formaron parte del pueblo, la ciudad o el país.
La música, el deporte, el cine, fiestas populares y hasta el comercio parece haber sido mejor en el pasado.
Ni hablar de los valores, no sé si perdidos, pero al menos ahogados por la posmodernidad, dejando de lado la familia, con sus almuerzos familiares todos juntos alrededor de la mesa, el respeto, la educación, el tiempo para la charla con amigos y vecinos, los gurises jugando en el patio, mientras los mayores hablaban cosas de grandes, los cumpleaños de los nenes celebrados en casa y los corsos con el lanza llamas y el traga sables
Y así andamos de nostalgia en nostalgia, como el tango ¿te acordas hermanos que tiempos aquellos?
Pero resulta paradójico, que mientras evocamos con tristeza lo vivido, pero vivimos corriendo enfebrecidos por lo nuevo, descartando o dejando de usar lo que ayer era imprescindible,.
Admiran el peinado engominado y la pinta de Gardel, pero lucen con orgullo el corte taza y el ombligo, cual si fuera una de las maravillas del mundo.
Dos personalidades luchan dentro nuestro, el ser yo autentico y el parecer otro, el de la imagen para la sociedad.
Cosquín un botón de muestra
Me remito a este Festival, por que imagino, que algo habrán visto en estas 12
Lo poco que puede ver hasta el viernes, me parecía un Festival más preocupado por aparecer que ocupado por ser.
Creado para contener y mantener en el tiempo el canto folklórico argentino, las tradiciones, las costumbres y el ser nacional ha devenido, tal vez por imperio de los patrocinadores, en un collage o sincretismo musical incoherente.
El consumidor acrítico paga y aplaude, pero afortunadamente en la noche de sábado aparecen Jairo y el poeta Martin Salzano, y nos devuelven la esperanza sin maquillaje y sin pudor, parados frente a un pueblo que en silencio, solo roto para los merecidos aplausos, veía a dos hombres hablar de cosas tales el Nacimiento de Jesús, la Virgen María y San José.
Y nos regalan la canción, obra de ambos, llamada Carpintería José.
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