sábado, 21 de noviembre de 2009
La Parusía y el triunfo de Dios.
Maten al inocente
La mayor inseguridad en Argentina la sufren los niños por nacer
¡Y nadie dice nada!
Se practicó el aborto en el Hospital Materno-Infantil de Tigre que dirige Lionel Cracco.
El profesional dijo que una junta especial evaluó la salud integral (física, psíquica y social) de la menor antes de tomar la decisión.
Mientras los legisladores aprueban gaymonios, el poder ejecutivo “acomoda” la Ley de Medios a su altura (que no es mucha) y “acomoda” en el comité de aplicación a “sus amigos”, la justicia amiga del poder se ensaña con los únicos inocente de Argentina: los no nacidos:
MAS QUE LAS PALABRAS DE LOS VIOLENTOS, TEMO EL SILENCIO DE LOS BUENOS
Martín Luther King
Los buenos piden seguridad para sus bienes y hacen silencio ante el genocidio practicado por el terrorismo de Estado.
La Parusía y el triunfo de Dios.
Hoy, en nuestra Patria, pareciera que estamos alejados de la mano de Dios ante un futuro cada vez más calamitoso, donde el triunfo del mal y de sus seguidores surge constante, todos los días y donde el bien no tiene posibilidades no sólo de triunfar sino también de manifestarse.
Ante esta realidad en la que el cristiano, azorado, se pregunta ¿qué hago?, ¿qué puedo hacer ante lo que parece irreversible?, la palabra de Dios viene a nosotros y Jesús nos dice “yo estoy con ustedes”.
El cristiano alimentado por la esperanza que apunta a una meta no realizada todavía, pero cierta, ha de saber que en la medida en que hagamos el bien, será posible la victoria del mismo y el que se vislumbre un mundo nuevo, un país nuevo, una sociedad diferente.
Conocemos que el mismo pueblo de Israel era probado para su purificación, sin embargo, la conversión no era en masa, sino en el pequeño grupo llamado el “resto” de Israel. Y gracias a la fidelidad de ese “resto”, Dios actuaba benévolamente a favor de todos haciendo “salir el sol sobre buenos y malos”, y “llover sobre justos y pecadores” como anuncia el evangelio.
Y esto muestra la presencia de Dios en el mundo y en la sociedad toda, reclamando de nosotros el responder a su gracia, sabiendo que siempre triunfa, ya por su misericordia cuando acoge a los buenos, ya en el ejercicio de su justicia cuando aparta a los que obran el mal.
”El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán” nos asegura no sólo el cumplimiento –que ya vemos- de esta lucha del mal contra el bien, sino el triunfo definitivo de la verdad de Dios sobre el reino de la mentira.
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Padre Ricardo B. Mazza. Cura Párroco de “San Juan Bautista” en Santa Fe de la Vera Cruz, Argentina. Homilía en el domingo 33 del tiempo ordinario ciclo “B”. 15 de Noviembre de 2009. ribamazza@gmail.com; http://ricardomazza.blogspot.com/;
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