Aunque muy poco sembré, mucho más yo recogí, por todo lo que aprendí, y lo que falta aprender, a Dios quiero agradecer, al llegar los veintiséis.
Se iba el año 1983 cuando nos enteramos con mucha alegría que la Capilla San Roque, tan famosa por su procesión y el pancito, se convertiría en Parroquia por decisión del entonces Obispo diocesano Monseñor Pedro Boxler.
Fue así que el 6 de noviembre se lleva a cabo la ceremonia en la que se pone en funciones al primer Párroco Padre Enrique Caballero y comienza una nueva etapa en la comunidad.
Sabemos que una Parroquia es una comunidad de fe, de servicio y de culto. Por eso se comienza a vivir de una manera diferente, buscando realizar el pedido del mismo Jesús “Vayan y anuncien”.
Recordamos por ejemplo, la formación de los primeros grupos , instituciones, que se reunían para perseverar en la fe, en esa fe que el mismo Jesús quería que la hagamos un modo de vida... el comedor que funcionaba solo los días sábados, el apostolado de la Oración que llenaba el Templo los días viernes.
Como olvidar a Lucho Velásquez, el casero de la Parroquia que con su simpatía nos atendía y abría aquel lugar que necesitábamos para reunirnos, a Blanquita Riquelme, encargada de santería y anotaciones Misas y ahora bautismos parroquiales, a ese grupo de gente maravillosa que trabajaba para que –como en casa- no faltara lo necesario, entre ellas recuerdo a Olga Caufero, Victoria Poggio, Cata Elías, Lita Riquelme, Cata Nuñez, Matilde Bonet, Julia González y su esposo y tantos otros que Dios sabe bien sus nombres.
Hemos crecido. Y todo crecimiento supone transformaciones, duelos, alegrías , nuevos hermanos que suman ideas, con otros emprendimientos, pero siempre la misma vocación.
Hoy somos una familia que busca incesantemente la unidad, a veces como es propio en los seres humanos se encuentra con sus propios limites, pero reconocemos que la oración confiada y el deseo ardiente de dejarnos guiar por el Maestro Jesús, permite que nos reconozcamos como hermanos.
Elevamos una oración por los que ya no están, pero siguen animando nuestros pasos, a los llamados por el Padre y a los que tomaron otros caminos agradecemos de corazón y damos gracias a dios por ellos.
A la tarea Pastoral de los sacerdotes Enrique, Guillermo, Sebastián, Carlos, Pedro, Renato, la continuamos ahora con la guía del Padre Rubén.
Es la Fiesta de la Parroquia, es nuestra Fiesta y decimos con el Salmista
“Te doy gracias Señor por tu Amor, no abandones la obra de tus manos”
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