miércoles, 25 de febrero de 2009
Parábola viviente
Como me gustaría, parábola viviente,
que el Señor muestra a la gente,
para que entiendan los que tienen que entender,
y los que lo saben todo, no comprendan nada.
Ser capaz de confundir a los que la tienen clara
y a los palabreros dejarlos, sin palabras.
Volver a la memoria a los olvidadizos
y hacer que olviden los memoriosos.
Que lo simple y sencillo sea la trama
de la novela de mi propia vida,
que no oculte con oscuros argumentos,
la malicia que también contengo.
El suspenso, para crear la duda para poder llegar a la verdad
y descubrir que lo que busco,
lo tengo ahí, al alcance de la mano.
Ay, quien pudiera ser una parábola viviente.
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1 comentario:
Esta muy bueno...
Creo que todos deberiamos ser parabolas vivientes si de verdad queremos vivir el evangelio
Anabella
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