Con un multitudinario y colorido acto en el estadio del Club Atlético Temperley, la Acción Católica Argentina inauguró la 26° Asamblea Federal, en la que renovó su vocación de servicio, de diálogo y, especialmente, su compromiso en favor de trabajar por una vida digna y plena para todos.
Más de 10.000 personas, provenientes de unas 41 diócesis de todo el país, participaron del acto en el que el presidente de la entidad, Alejandro Madero, instó a todos a ser “constructores del bien común y protagonista de un cambio que transforme positivamente la sociedad”.
En coincidencia con el mensaje de la Iglesia, Madero señaló que “nada como la propia realidad para constatar que la pobreza es escandalosa más allá de la pelea absurda de los porcentajes que se manejan; que la droga y el alcohol están haciendo estragos en tantísimos jóvenes carentes de ideales que le den sentido a sus vidas; que hay tantos hermanos que no tienen acceso a una vivienda digna, y viven hacinados esperando una solución que nunca llega, que no tienen acceso a la educación, a la salud porque están excluidos o descartados del sistema que supuestamente los representa y protege”.
Frente a él se encontraban los obispos Jorge Lugones (Lomas de Zamora), José María Arancedo (Santa Fe), Rubén Frassia (Avellaneda-Lanús), Guillermo Rodríguez Melgarejo (San Martín) y Luis Collazuol, obispo de Concordia y asesor general de la Acción Católica.
Ser creativos
Monseñor Lugones, en su homilía, exhortó a los feligreses a ser “creativos en la misión y a ensayar formas nuevas de relación, de diálogo, nuevos caminos de fraternidad, nuevas y permanentes formas de solidaridad, una mayor apertura en la verdad, la justicia y la valoración de cada uno”.
El pastor lomense hizo hincapié en la necesidad de atender la acuciante realidad de miles de jóvenes que “viven en soledad y desesperanzados”. Con tono enfático señaló: “deseamos salir a los adolescentes y jóvenes más alejados, que hasta han perdido el sentido de sus vidas”.
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