A raíz de un hecho concreto ocurrido en la Parroquia de San Roque, cuando un feligrés estaba angustiado porque faltaba o habrían sustraído una imagen de Santa Rita que el mismo había traído y su posterior alegría al reencontrarse con su
querida imagen, renueva este asunto y las acusaciones frecuentes de que los católicos adoramos imágenes.
La Iglesia Católica sistemáticamente enseña y el
Catecismo de la Iglesia Católica expresa en su punto 2132 /
El culto cristiano de las imágenes no es contrario al primer mandamiento que proscribe los ídolos.
En efecto, el honor dado a una imagen se remonta al modelo original. , el que venera una imagen
venera en ella a la persona que esta representada.
El honor tributado a las imágenes sagradas es una
veneración respetuosa, no una adoración que solo corresponde a Dios.
El culto de la religión no se dirige a las imágenes en si mismas como realidades, sino que las mira bajo su aspecto propio de imágenes que
nos conducen a Dios encarnado. Ahora bien, el movimiento que se dirige a la imagen en cuanto tal, no se detiene en ella, sino que tiende a la realidad de la que ella es imagen.
Sin embargo en la practica esto no parece ser así, no pocos católicos y el hecho mencionado es uno, se pasan de la veneración y talvez no adoren imágenes, pero las convierten en un amuleto o un paye contra los males y la mala suerte.
Además desvían la atención de las imágenes vivas de Cristo, nuestros hermanos que sufren, marginados,drogadictos, chicos en la calle, despojados de dignidad, en una sociedad del festín y el dale que va.
Los Cristos sin trabajo, sin casa, sin lugar para vivir reclaman nuestra atención y no las imágenes de yeso.
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