Al paso de Francisco
Más allá de las diferencias culturales, es significativo el hecho de ver , pese a enfoques políticos diferentes de los gobiernos en los países que visitó el Papa, ver a una multitud que se moviliza por otro ideal.
Es la vieja humanidad que emerge por detrás del barniz ideológico intelectualizado y los muros económicos que dividen, y aparece como una mancha de humedad en la pared recién pintada.
El comunismo, el nazismo, el mayo francés y los movimientos subversivos de los setenta agotados en si mismo, no han logrado apagar el espíritu que habita en el ser humano que busca elevarse sobre el pantano que lo aprisiona.
Así veo la estela espiritual dejada por el Papa Francisco en América del Sur.
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